* “El ser humano tiene que adaptarse, cambiar y aceptar a la tecnología como parte de su mundo”, refirió
La Inteligencia Artificial (IA) se ha vuelto esencial en la vida cotidiana y a medida que avanza, transforma la manera en la cual interactúa con el ser humano.
Esta creciente interacción plantea desafíos y oportunidades únicas, por ello, la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) cuenta con personal académico que trabaja y desarrolla proyectos en los que la IA tiene un papel relevante, entre ellos se encuentra Omar Arturo Domínguez Ramírez, profesor investigador en el Centro de Investigación en Tecnologías de Información y Sistemas del Instituto de Ciencias Básicas e Ingeniería (ICBI).
Domínguez Ramírez puntualizó que actualmente se vive una revolución industrial constante, en la que es perceptible el desplazamiento de la fuerza de producción humana ante el auge de las máquinas. “Hemos visualizado que el hombre ha sido reemplazado parcialmente en ciertas actividades, sin embargo, dichas actividades representan niveles de riesgo que atentan contra la integridad física del humano y que requieren minimizar errores y mayor precisión”, sostuvo.
Asimismo, compartió que considera significativo que existan elementos y herramientas que puedan ser reproducidas con robots por medio de algoritmos inteligentes, para tomar decisiones instantáneas a pesar de las circunstancias o incertidumbres y que, a su vez, le permiten al ser humano enfocarse en actividades difícilmente reemplazables por robots.
Sobre la interrogante en torno a que una máquina pueda crear a otra, indicó que es ya una realidad y son herramientas con las cuales las personas se asisten para efectuar con mayor rapidez tecnologías de sistema inteligente. Prueba de ello son los robots diseñados para explorar el espacio, así como las profundidades del océano o zonas volcánicas, actividades que serían imposibles de realizar para el ser humano.
“Debemos pensar que la mayor parte de las contribuciones significativas de los sistemas inteligentes son en beneficio del ser humano; prever situaciones de riesgo, contingencias ambientales, problemas de salud entre otras cuestiones. La inteligencia artificial debe ser útil para fortalecer la posibilidad de contar con herramientas tecnológicas de mayores prestaciones en pro del ser humano”, apuntó.
Ejemplos de este desarrollo se pueden observar en distintas áreas, como el sector agrícola, en donde estas herramientas sirven para detectar plagas en plantas comestibles, frutos y ganado infectados, incluso en la medicina, para la realización de cortes de precisión micrométrica en cirugías oculares.
“La IA aplicada en la robótica, la física y las matemáticas conlleva sus riesgos, todo recae en la aplicación que tú le des. Nuestra labor como investigadores es que todo este conocimiento y desarrollo se use para salvaguardar la integridad del ser humano, preservar nuestra especie en perfectas condiciones y ayudar a la naturaleza; nuestro trabajo es brindar ayuda a un mundo que nos necesita. Comprender el impacto social de la IA y su interacción con humanos es vital para garantizar un futuro equilibrado y benéfico para todos”, concluyó.
